miércoles, 15 de marzo de 2017

Wilma y Laska las perras que no sabían socializar
Llegaron a consulta porque eran 2 perras pitbull que eran increíbles y amorosas con los humanos pero si veían a otro perro lo querían matar, tenían que sacarlos muy noche cuando ya no había gente en la calle para poder pasear sin estar preocupados por que atacara a otros perros, intentaron sacarlas con bozal por si acaso pasaba algún accidente y ni así se sentían seguros, se ponían con los pelos de punta, gruñían y se ponían muy tensas, en ocasiones Fernanda y Miguel no se habían dado cuenta de que había pasado un perro a lo lejos hasta que notaban que se ponían como locas ellas, llego un momento que las dejaron de sacar pero se sentían culpables y las perras empezaron a destrozar sus juguetes, empezaron a tener problemas con sus familiares porque decían que porque tenían 2 perras locas que las durmieran y ya que solo eran unas perras que porque tanto alboroto, para eso tenían familiares y amigos o porque no tenían un hijo esos si son familia, así que además del amor tan grande que le tenían a sus perras no los entendían en su necesidad de ayudarlas y protegerlas, ellos sabían que se podía solucionar y tenían poco tiempo de casados no estaba en sus planes tener hijos y además nunca pensaron en tenerlos pero sus familiares molestaban mucho diciendo ¿para cuándo? Empecé preguntando a que edad los adoptaron y resulta que se los dieron al mes que el que se los vendió tenía muchos perros y ya no quería cuidarlos, pregunte de las condiciones y estaban en una jaula todos, les comente que porque esa raza y Miguel me dijo que ya había tenido un pitbull de pequeño y era muy tranquilo y sociable que no entendía porque estas estaban así, le explique de la importancia de que los cachorros se queden los 2 primeros meses de vida de la mamá porque es cuando la madre les pone reglas límites, jerarquiza y sus hermanos de camada los ayudan a socializar, y él me comento que eran los últimos que cuando fueron por ellos ya no pudieron escoger, también me entere que había un perro que no era pitbull y que estaba amarrado siempre, le estuve haciendo varias preguntas sobre el dueño y salió que un conocido le dijo que antes se dedicaba a la pelea de perros y ahora ya solo vendía perros, entonces creo que esta perra ya no podía pelear y por eso ya la utilizaba para venta de cachorros y el otro perro amarrado era para aprender. Aquí lo que vemos es 2 perras destetadas antes de tiempo sin límites, sin socializar, traumatizadas porque supongo que el perro amarrado estaba en un estado de estrés bárbaro, que la perra también no pudo ayudar mucho en su educación porque perra que se utilizan como fábrica de cachorros estaba cansada física y mentalmente para poder darle a su camada sus necesidades básicas sin contar que fue una perra que no tuvo amor y su vida fue solo pelear, y además los criadores de perros de pelea aparean a los perros más agresivos para poderlos vender bien, ya que de eso se trata de que peleen como locos y sin razón (no solo por supervivencia), así que posiblemente heredaron genes agresivos así que las mande con un adiestrador especializado en perros de pelea para que los rehabilitara. A los 15 días regresaron a consulta y estaban más relajados porque el adiestrador los llevo al bosque a que jugarán con la pelota y pudieran sacar toda esa energía acumulada al estar encerradas y jugaran entre ellas, entonces le pedí a Salvador las viera y decidió medicar a una por un tiempo para que estuviera menos ansiosa, a la semana me hablo Julio diciéndome que Laska estaba más tranquila y ya podía jugar con otros perros, claro en cuestión del medicamento Fernanda y Miguel estaban en contacto con Salvador por algún efecto secundario y para aumentar o disminuir dosis. La última vez que los vi uno de los paseos que más disfrutaban era ir a una parte de la UNAM donde todos los perros estaban sueltos y ellas podían jugar con varios perros, claro esto tardo varios meses de adiestramiento, recomendaciones mías, trabajo y constancia de ellos y al final se le quito el medicamento a Laska pues ya no estaba ansiosa todo el tiempo ya disfrutaba de ser un perro de compañía.
​Vivian

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